Lowell.- Anderson Lizardo es un ejemplo de perseverancia y valores familiares, es un joven que aunque no asistió a la universidad, aprendió de su padre la importancia del ahorro y, con el paso de los años, logró establecer su propio negocio en Estados Unidos. En este emprendimiento ha trabajado junto a miembros de su familia, consolidando así un legado basado en esfuerzo y unión.
Muchos en la comunidad comenzaron a escuchar el nombre de Andy, como se le conoce, y en poco tiempo se convirtió en un referente dentro del negocio de bodegas en la ciudad. Sin embargo, su reconocimiento no solo se debe a su éxito empresarial, sino también a su compromiso con la comunidad. A través de su constante apoyo a organizaciones y eventos locales, Anderson Iizardo ha demostrado que el verdadero triunfo no solo se mide en logros personales, sino en la capacidad de devolver ese apoyo a su comunidad.
Su infancia
Desde pequeño, Anderson demostró un fuerte sentido de responsabilidad, comenzando a trabajar desde los nueve años. Creció en Tamboril, Santiago, República Dominicana, en un entorno donde su padre y su madrastra le inculcaron valores fundamentales. Su padre, en particular, jugó un papel clave en su educación, enseñándole el camino correcto y la importancia de la disciplina y el compromiso.
Hablando sobre su infancia, rememoró aquellos días y dijo que, “yo empecé a trabajar a los 9 años, y recuerdo que yo pensaba en ese tiempo y veía a las personas mayores que trabajan y yo siendo un niño decía que yo cuando se mayor de edad no quiero estar trabajando, porque quiero trabajar para cuando yo tenga la edad de una persona mayor estar tranquilo… Mi sueño cuando niño era ser una persona grande”.
A pesar de no haber culminado sus estudios secundarios, su experiencia y determinación lo llevaron a enfocarse en el mundo de los negocios, donde ha prosperado con éxito. Su espíritu emprendedor y su disposición para ayudar a la comunidad lo han convertido en una figura destacada entre los dominicanos en Lowell.
Reconocimiento
Por estas razones, Anderson Iizardo fue reconocido por la organización Dominicanos en Lowell durante la Izada de la Bandera Dominicana, en conmemoración de los 181 años de la independencia de su país. Este homenaje, realizado en el City Hall de Lowell, no solo celebró su éxito empresarial, sino también su compromiso con la comunidad, ya que Anderson ha estado siempre dispuesto a colaborar en la realización de eventos en beneficio del bien común.
Este reconocimiento resalta la historia de un joven que, con determinación y valores, ha sabido abrirse camino y convertirse en un referente para muchos hispanos que, como él, trabajan con esfuerzo y dedicación para alcanzar sus metas y contribuir al desarrollo de su comunidad.
La familia
Anderson proviene de una familia de ocho hermanos y está casado con la señora Pamela Blanco, también emprendedora y comerciante. Juntos tienen cinco hermosos hijos, a quienes les inculcan los mismos valores positivos que le enseñó su padre.
El apoyo de la familia es un pilar fundamental en la vida de toda persona. Puede marcar la diferencia entre rendirse ante las adversidades o encontrar la fuerza para seguir adelante. En el caso de Anderson, su familia ha sido un motor clave en su crecimiento personal y profesional. Él mismo destaca cómo el respaldo de sus seres queridos ha sido esencial para alcanzar sus metas y construir un futuro sólido. Sus valores y enseñanzas han sido transmitidos de generación en generación, demostrando que el éxito no solo se mide en logros materiales, sino en el legado de principios y compromiso que se deja en quienes nos rodean.
Definitivamente, el éxito no es cuestión de suerte, sino de trabajo constante, honradez y determinación. Los hispanos llegaron a este país con el propósito de salir adelante y lo han demostrado con esfuerzo y dedicación. Han forjado sus propios caminos, contribuyendo al crecimiento de la sociedad y destacándose por su ética de trabajo y valores. Anderson Iizardo es un ejemplo de que, con compromiso y perseverancia, es posible alcanzar los sueños y dejar un legado de inspiración para las futuras generaciones.
Negocios
Anderson tenía experiencia y tenía el deseo de emprender hace años, según expresó, pero, “el tiempo es perfecto; cuando ya llegó el tiempo, decidí tomar la decisión emprender y poner mi propio negocio, y de los negocios han salido lo que son propiedades de inversiones. Yo siento que Dios me ha bendecido demasiado”. Al ser cuestionado de cómo lo ha logrado dijo que lo más importante es enfocarse, tener disciplina y que todo aquel que quiera hacerlo tiene la oportunidad, “solamente es querer”, significó.
Inició su trayectoria laboral en una carnicería en Lawrence, adquiriendo experiencia en el sector comercial. Posteriormente, trabajó junto a su tío durante seis años, tiempo en el que fortaleció sus conocimientos en el negocio. En 2016, decidió dar un paso más y abrió las puertas de su propio establecimiento, Andy Market, ubicado en la calle Jewett. Además, formó parte de la gerencia de Lizardo Market, situada en la Central Street. Parte de su familia trabaja con él en sus negocios.
La gran acogida de estos negocios se debe a su enfoque en la comunidad hispana, ofreciendo productos típicos de diversos países latinoamericanos. Esto ha convertido a Andy Marquet y Lizardo Market en puntos de encuentro donde los clientes pueden encontrar un pedazo de su tierra natal en cada estante.
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