Por Rosemary Francisco
Como es afuera es adentro? No, no, no, y no, así no es, es al revés como lo debes ver. Basta ya de lamentos y justificaciones y acepta la realidad e invierte la polaridad. No esperes que de afuera alguien te pueda ayudar, debes primero tu decidir que tan lejos quieres llegar.
Como es adentro, es afuera, es la verdadera manera, empodérate como él que más, y te liberarás de ser manejado, de ser manejados como borregos enjaulados; sí, si te lo repito dos veces, para que mejor lo entiendas, borregos enjaulados o como simples piezas de un tablero.
Porque si de afuera hacia adentro lo ves, siempre serás orientado a ver y sentir según lo pautado, como si fuera televisado, afuera, es una ilusión, creada para manipulación.
Mientras desde adentro lo veas y aunque cambiarlo no puedas, al menos tendrás la fortaleza de no ser intimidado y mucho menos serás influenciado.
Es tiempo de cambiar y empezar por ti a pensar, pero no solo a cambiar la forma de ver o sentir, es mucho más que eso. Es empezar desde tus adentros a sentir amor por ti, no esperes a que sean otros que te den el amor que yace en ti. Y si amor no sientes en ti, no lo busque fuera de ti, porque amar es compartir el amor que llevas en ti, y mucho menos es dar para recibir. Es la verdadera directriz de seguir y la que deberíamos perseguir.
Cuando el amor está en ti, lo podrás esparcir, sin importar que afuera esté nublado, siempre habrá luz en ti. Cuando empiezas a valorarte y reconocer la divinidad en ti, serás un faro para otro y no habrá día gris para ti. Aunque pases por tormentos, sabrás cómo manejarlo, nada llega a nuestras vidas sin haber sido analizado.
El enfoque es cómo decidimos enfrentarlo, si agobiarnos por un proceso de dolor o curar nuestras heridas y levantarnos más fuertes con cada caída. O si se trata de una herida, por mortal que parezca, nos convierte en emprendedores que, aunque estemos rasguñados, decidimos levantarnos. Por cada caída, herida, dolor o por cada obstáculo, si decides levantarte y continuar por el camino serás galardonado con estrellas y laureles que representan la valentía y el coraje de haber seguido tu camino. Pero son estrellas y laureles que tu alma te dará al sentirse conectado porque siempre fuiste guiado.
Como es adentro, es afuera, que tremenda fórmula de ser feliz a tu manera, sin importar que pase afuera, no es una forma ególatra o egoísta, arrogante, arrogante, engreida, presuntuosa, presumida, soberbia, creída, pestulante, pretenciosa o vanidosa empedernida, no, no se trata de eso, sino más bien de aceptar aquello que no puedes cambiar sin llegar a lastimarte a ti en primer lugar, porque si en ti hay alegría, amor y paz, todos a tu alrededor también quieren estar. Cuando amor hay en ti, amor atraerás, siempre atraerás aquello que llevas en ti. Y si tu luz es tan alta donde oscuridad haya, de ti se apartan aquellos que cegados estén por tu hermosa calidez.
Y si más allá nos vamos y conjugamos el amor en ti y lo multiplicamos por todos los que a tu alrededor están y esos en tu alrededor van contagiando a otros, formaremos un virus gigantesco, pero un virus saludable que será imparable y de esta manera construiremos un mundo mejor. Un mundo mejor para todos, cargado de igualdad, armonía, libertad a cabalidad reinando amor, respeto por doquier como ha debido ser por eones y eones desde que a este mundo llegamos a reinar, pero nos robaron el cetro, que nos eleva al cielo, el cielo en la tierra, que pronto estará. Y de forma tangencial, iremos, más y más allá.
Algo importante, que no quiero dejar pasar, porque me parece considerable, todo depende de ti, si lo quieras adoptar. Mi declaración es la siguiente: "deséale al prójimo lo que desees para ti", porque si bien deseas para él, tú lo recibirás multiplicado por mil. Eres una perla de valor inconmensurable, derrama la copa en ti, esa copa invaluable de fama inestimable, ese santo grial que solo en ti podrás encontrar y a su vez derrámala para que a los demás pueda llegar.
Y por último te diré, la vida es una enseñanza: ama y cuida al que está a tu lado para que el día que se marche lo despidas feliz. Feliz porque lo amaste, respetaste tal y como era, y aunque el o ella no lo haya valorado, al menos tú hiciste tu parte pertinente, solo que esa persona aún no estaba preparada para amarse y amar a los demás. La vida podrá ser entendida cuando de adentro hacia fuera la miras. Todos tienen su ritmo único de aprendizaje en esta o las siguientes vidas.
Amate, ama, crece y perdona, empezando por ti a partir de ahora.
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