Por Rosemary Francisco Santos
Qué mundo más complicado este que nos ha tocado, o cómo dirían unos más profundista en aquello que no se puede ver, pero que está por doquier. Según dicen los entendidos y aquellos bien sabidos, hemos elegido vivir y ser protagonistas de la alborada que se avecina. Pero es harina de otro costal, como dirían en mi país natal.
Comentaban dos hermanitas un día, en el medio ocaso de sus días:
—El mundo está de revés o al revés, ¿qué importa cómo es?, lo cierto es que al revés o de revés tal vez lo que creímos que es, no es, y lo que se dice que no es, es lo que realmente es, ¿a quién creer pues?
¿Y si cambiaron todo para tenernos a sus pies? —le pregunta una a la otra, con tanta altivez como quinceañera altiva en los tiempos de Aranjuez. Continúa diciendo a la vez. ¬ ¡Quizás sean ellos quienes deban doblegarse ante nosotros, pues!
¬"Claaarooo, es una manera de decir las cosas, porque nosotros los humanos limpios de corazón, con compasión y amor por la nación, nunca humillaríamos a otros como tú, yo, y los demás también... eso ni imaginarlo pues".
Las hermanitas charlaban, en una hermosa tarde coronada de flores, ricos olores, viento suave, en fin, todo lo hermoso que en la naturaleza puedas encontrar y fluyendo con un ritmo sin igual, con balance sin par. En contraparte con la creación humana que parece distorsionada; desde que naces debes cumplir con reglas de oro para poder sobrevivir; porque no puedo entender, si somos parte de la naturaleza y convivimos en un mismo plano, ¿por qué la nuestra es tan siniestra? Si ves los pajaritos ellos siempre están felices, se les nota siguiendo su vuelo; las flores lanzan sus olores al aire y sigue fluyendo; los frutos salen en el momento indicado; las estaciones del año cambian al ritmo que les toca, nada pierde su balance, excepto todo aquello que ha sido tocado por la mano perversa del humano.
Las dulce hermanitas hablando una con otra, tratando de encontrar significado a la vida, cual Don quijote de la Mancha y Sancho panza en sus viajes ilusorios que pudieron ser veredicto o mentira y que, en nuestra escuela adorada, una vez por semana leer nos tocaba, con una mano atrás, y otra con el libro, derechitos, bien paraditos y sin parar o un reglazo te tocaba sin más. O Margó de mis años, a usted agradezco mi amor por la lectura, que Dios la llene de Gloria a usted y a Gracita, dos hermanitas firmes y quizás duras, pero bajo esa dureza se escondían un grandioso corazón. Pero sigamos pues, yo siempre andando por otros caminos lejanos.
La otra hermanita asombrada por los pensamientos inherentes, estoicos, firmes y filosóficos de su hermana, y que también ella, de igual manera pensaba, pero no tenía el coraje de su hermana de dar forma a sus pensamientos con palabras, lo que en su garganta se atoraba. Pero de manera repentina se armó de valor y dio firmeza a su voz, como si un porrazo se tomaba buscando del valor que carencia por cobardía o miedo de ser marginada un día, dice en agonía:
¬"Pero ¿qué podemos hacer al revés o de revés, cada vez nos hacen más tontos como puedes ver, claro, si es que ellos lo ven también! porque yo no sé, si es que lo ven, lo aceptan y callan para no salir perjudicados y seguir siendo bobitos, y seguir con el jueguito, se lo quedan calladito, porque yo también tuve sustito.
Y en caso de que no sea el caso, ¿por qué los unos, los otros y los demás no se cuestionan también? ¿Es que ciertamente no se dan cuenta cómo a su antojo nos manejan y llevan a su mesa todo lo que a ellos les parezca? Toda esa basura enlatada, frutas inyectadas, animales impuros porque han sido cargados de toda clase de hormona y al final a nuestro cuerpo llevarlos, causándonos toda clase de daño¬.
Pasmada, maravillada y muy conmocionada por el coraje de su hermana, con mucha devoción y admiración le dijo a su hermana: ¬"Caramba hermanita, no sabía de tu bravía ¬le dice la una a la otra. ¬Unamos nuestra voz y entonemos una nueva versión. Abran los ojos, dejemos de ser marionetas ya es tiempo de despertar y empoderarnos como él que más, aquel que ha venido a poner punto final a las eras de masacres que, desde principio de los siglos han sido cometidas, nos enfrentan unos a otros creando conflictos internos, externos, sub-externos, el caso es que siempre son eternos, pero sigamos diciendo, diferentes clases sociales, religiones por montones, arsenal de idiomas, argot o expresiones, y ya no sabemos quién es quién, toca la puerta para ver quien es, todo eso nos divide también, ya no saben qué más inventar para los humanos separar."
Al revés o de revés, como sea que es, con sus leyes, nos obligan a obedecer, sin siquiera derecho a pensar, como debería ser. Desde inyecciones a granel, y si no te la pones tu empleo has de perder, ¿dónde está la democracia que se dice haber? ¡Qué bárbaro sistema! ¡lo que me obligan a hacer!, ya mi cuerpo no es mi cuerpo, porque a ellos se les antoja poner toda clase de experimento para gripe, virus, pandemia o no sé qué, y peor aún, si de verdad es, para lo que es.
Desde niños con ese relajo nos tienen envenenados, vacunas, para esto, vacunas para aquello, y de todas maneras nos enfermamos. No quieren nuestra cura, sino llenarnos de basura. ¡Caramba, hermana mía, a lo que hemos llegado!, a ser manejados por un grupito de desalmados, despiadados, sanguinarios, crueles, implacables, atroces, perversos, inhumanos... Ya basta de relajo, nuestro cuerpo es naturalmente inmune, pero ellos nos destruyen, porque tienen todo en sus manos y nosotros, como niños obedientes, les creemos a esos malvados infrahumanos.
-La hermanita muy afligida y dándole palmaditas le dice a su hermanita:
"Cálmate hermana mía, cálmate o te dará un infarto un día; recuerda que fuiste como mansa ovejita y marcaste tu antebrazo. Cógelo suave hermanita, esto cambiará algún día.
Está bien hermanita, la razón te la doy, es mejor estar calmado. Me iré a casa, a seguir con mi reflexión, pero no sin antes decirte que "al revés o como es, estoy harta hermanita de fingir lo que no es, para mi familia mantener, pero que te quede claro mi hermana, trabajo en el sistema, pero no soy parte de él. Yo no me como las heces que hay por doquier. ¿Es que no lo puedes ver? ¿Ellos, los unos y los otros aún no lo ven, no reaccionan al ver tantas muertes de unos años acá? Y aún faltan más, y nada es casualidad si no causalidad, y ellos lo saben de más.
Hasta luego mi hermanita, aquí me despido con mucho más, pero sin poder decir más. Pero recuerda que un día lo de arriba estará abajo y lo de abajo estará arriba.
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